sábado, 26 de febrero de 2011

Bienvenidos

En la vida hay dos palabras que te ayudarán a abrir muchas puertas. Esas palabras son: Hale y Empuje.

jueves, 17 de febrero de 2011

EL ÁGUILA Y EL CARACOL

    


      El águila y el caracol
Juan Eugenio Hartzembuch

Vio en la eminente roca donde anida
el águila real, que se le llega
un torpe caracol de la honda vega,
y exclama sorprendida:
-¿Cómo, con ese andar tan perezoso,
tan arriba subiste a visitarme?
-Subí, señora, contestó el baboso,
a fuerza de arrastrarme

         

miércoles, 16 de febrero de 2011

El hombre que calculaba - Malba Tahan (Extracto)

En ese momento oímos el comienzo de una canción; la voz era tan tierna y suave, que se confundía con el trino de las golondrinas y el arrullar de las palomas.
Al principio era una melodía afable y triste, llena de melancolía y recuerdo, como las endechas de un ruiseñor solitario; animóse, luego, en un crescendo vivo, en gorjeos complicados, en trinos argentinos, entrecortados con gritos de amor que contrastaban con la serenidad de la tarde, y revoloteaban por el espacio como si fueran hojas que llevara el viento. Por último volvió al tono triste del principio, lanzando una nota desgarradora que quedó flotando en la límpida atmósfera, como un suspiro de virazón:



Si yo hablase las lenguas de los hombres
y de los ángeles y no tuviese caridad,
sería como el metal que suena, o como la campana que tañe,
¡Nada sería!...¡Nada sería!...

Si yo tuviese el don de la profecía y toda la ciencia,
de tal manera que transportase los montes,
y no tuviese caridad.
¡Nada sería!...¡Nada sería!...

Si distribuyese todos mis bienes
para el sustento de los pobres
y entregase mi cuerpo para ser quemado,
y no tuviese caridad.
¡Nada sería!...¡Nada sería!...

El encanto de aquella voz parecía envolver la tierra en una ola de indefinible alegría. El día parecía más claro, el cielo más azul y el aire más leve.

La liberación de las aves cautivas.

Les comparto esta bellísima narración que es a la vez una invitación para que lean "El hombre que calculaba", de Malba Tahan, un libro muy fácil de conseguir y de un magia y belleza extraordinarias:

..."Cada vez que ponemos en libertad un pájaro cautivo –explicó el calculista- practicamos tres actos de caridad. El primero, para con la avecilla, restituyéndole la libertad que le había sido robada; el segundo, para con nuestra conciencia, y el tercero, para con Dios.
- Quiere decir, entonces, que si diera libertad a todos los pájaros del criadero…
- Yo os aseguro, oh sheik, que practicando mil cuatrocientos ochenta y ocho actos de caridad –replicó prontamente Beremís, como si ya supiese de antemano el producto de 496 por 3.
Impresionado por estas palabras, el generoso Iezid ordenó que fueran puestas en libertad todas las aves que se hallaban en el criadero.
Los siervos y esclavos quedaron aterrados al oír esa orden. La colección, formada con paciencia y trabajo, valía una fortuna. En ella figuraban perdices, colibríes, faisanes multicolores, gaviotas negras, patos de Madagascar, lechuzas del Cáucaso, y varias golondrinas rarísimas de China y de la India.
- ¡Suelten los pájaros! –ordenó nuevamente el sheik, agitando la mano resplandeciente de anillos.
Las grandes puertas de tela metálica se abrieron. En grupos, de a pares, los cautivos dejaban la prisión y esparcíanse por la arboleda del jardín.
Dijo entonces Beremís:
- Cada ave, con las alas extendidas, es un libro de dos hojas abierto en el cielo. Es un gran crimen robar o destruir esa pequeña biblioteca de Dios.